Todos los empresarios y profesionales están obligados a expedir una factura por la entrega de bienes o las prestaciones de servicios realizadas en el ámbito de su actividad económica. Esta obligación incluye a aquellas actividades no sujetas a IVA y a aquella sujetas pero exentas. Las únicas excepciones admitidas son aquella que se prevén en el mismo reglamento que regula la obligación de facturar.
Específicamente, se ha de emitir factura, sin haber lugar a discusión, cuando el destinatario sea un profesional o empresario que ejerza como tal.
El asunto de la numeración se regula mediante el Reglamente por el que se regulan las obligaciones de facturación, y que modifica el anterior Reglamento del Impuesto sobre el Valor Añadido.
La norma señala que toda factura deberá incluir obligatoriamente, al menos, un número, y en caso de necesidad, una serie.
La numeración de las facturas debe ser correlativa, al menos dentro de cada serie. La existencia de series diferenciadas necesita de razones que la justifiquen. Un ejemplo de estas razones es la existencia de diferentes establecimientos que emitan series propias o la realización de actividades de distinta naturaleza.
En todo caso, el empresario o profesional que emite una factura puede elegir un formato propio al comienzo de cada ejercicio, ahora bien, una vez seleccionado el modelo de factura deberá mantenerlo y emitir facturas cuya numeración sea correlativa durante todo el periodo.
Si tienes alguna duda sobre alguna de estas materias, consulta la Ley 37/1992 que regula el Impuesto sobre el Valor Añadido y el Reglamento que la desarrolla. Aunque hay que advertir que ha sufrido algunas modificaciones estos últimos años, tanto a nivel nacional como por imperativo de la Unión Europea.
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